Carnestolendas

Carnaval: f. pl. Los tres días que preceden al miércoles de ceniza.// Fiesta popular que se celebra en estos días.// frs. fig. y fam. Dícese de cualquier reunión alegre y bulliciosa.



No sabemos por donde empezar, nos asignaron la tarea de llevar la crónica de este sábado de carnestolendas pero lo cierto es que la embriaguez también ha nublado nuestros recuerdos.
A ver: Era una fiesta de máscaras, del club de Osos de Buenos Aires. Se entiende que la palabra “bizarro” le queda corta a este lugar así que por eso no la vamos a usar.
Había una geisha de aproximadamente 200 kilos con la cabeza adornada de palitos descartables de delivery chino, había un Rey Egipcio en sunga de lamé dorado y bañado en purpurina con una máscara de Tut- Ank- Amon comprada en el Once, había una Britney Spears en minifalda cuadrillé descontrolada y feliz de medir 20 centimetros más gracias a sus coturnos de goma y su peluca de canecalón de última calidad, un lobo con máscara de peluche y un pene de cuero gigante y amenazador, una reencarnación de Gianni Lunadei con hábitos de clérigo de pueblito español, un cowboy estrábico, una ballerina ballena, una Withney Houston muerta, un cavernícola y un ángel de la muerte con un slip tan pequeñito que se perdía en la carne. Todos , salvo alguna rara excepción, parecían sentirse un poco estúpidos en sus disfraces, y hasta pudorosos. Algo así como el que usa short en una playa nudista (a nosotros nos pasó). Pero el calor, la espuma, y el alcohol aflojan todo y si no pregúntenselo a M. L. que fue disfrazado del grupo La Renga.



Los Prostitutos Juveniles

(Si contamos esto es a pedido de M.L. que dice que no recuerda nada)
El asunto de ser víctimas de los prostitutos juveniles vino bien entrada la noche, cuando los disfraces ya estaban mas que desvencijados y muchos habían perdido el rimmel y la camisa. Lo que recordamos es lo siguiente: Un muchacho en torso desnudo que acusaba unos 22 años se acerco a nuestra mesa donde departíamos risueñamente M., P., L., R., y nosotros. Seis caballeros en la noche.
Pidió plata para un “ferné” por que había hecho una apuesta con su novio para saber quién conseguía primero que le inviten un trago. Envalentonado, uno de nosotros le preguntó qué estaba dispuesto a ofrecer a cambio de los siete pesos del “ferné”, a lo que respondió: “A vos nada, pero a tu novio le hago lo que quiera”. La respuesta fue algo asi: “Entonces, no vas a tener ni un trago ni a mi novio ni nada, por que acá vamos en combo, maleducado. Retírese ya mismo de mi vista. A ver si te has creído que por que tenés 22 años podés llevarte el mundo por delante”. Entonces, quien escribe este relato dejó de prestar atención por que se sentía muy ofendido...(si, entendiste bien, era yo el viejito rezongón). Lo que siguió después es mas difuso. Llegó el novio del joven prostituto, que era mas prostituto que el primero y que además era mas joven (20 años) y entre ambos intentaron seducir a los seis caballeros por un trago de “ferné”.
Y lo lograron!! Y si no pregúntenselo a M.L..



Doblar la apuesta.

L. es un señor muy hábil, en sus casi dos metros de humanidad se adivina cierto conocimiento de la vida y de la calle. La cuestión es que apuró a los dos muchachitos para que devuelvan algo a cambio de los 14 pesos de los dos “ferné” (eso que yo en mi ansiedad no había podido conseguir). Un beso, de cada uno de ellos a cada miembro de la pareja que convidara el trago, previo dejar sobre la mesa los 14 pesitos en cuestión. La pareja elegida fueron P.O. y M.L. (si, el que anda con un pie roto). Antes del pago se conversaron algunas cuestiones que nada tenían que ver con el asunto pero eso fue seguramente por que los jóvenes prostituos no eran tan profesionales como creíamos y el asunto les dió escozor.

Joven 1: Y a mi me interesan los roles, yo por ejemplo soy churrasquería...
M.L: Churrasquería? Como es eso?
Joven 1: Si. Vuelta y vuelta. Es que no me gusta decir versátil.
J: Esto voy a tener que postearlo, si logro recordarlo.
Joven 2: Tienen blogs? Nosotros teníamos un fotolog pero lo cerramos por que hay mucha envidia en el ambiente.
J: Cuanta razón tenés.
Joven 1: Yo quiero armar un trío pero él no quiere. Tienen lugar? Somos 8, hagamos una orgía. Ja Ja Ja...
J: No es mala idea. (eso lo pensé o lo dije?)
Joven 1: Igual de aquí me lo llevaría a él (señalando a mi novio).
J: A vos también te gusta? (Nota mental: reprimir comentarios)
Joven 2: Si. Tiene toda la actitud.
J: Claro, esta drogado. (Ouch!! Dije: reprimir comentarios!!)
Joven 1: Nosotros hace 5 meses que estamos de novios...
J: Toda una vida! Sabés que te parecés a Walter Quiroz con hipertiroidismo? (eso lo pensé, seguro)

Finalmente parece estar todo resuelto. Entonces M.L. (si, el mismo) se quita sus gafas orgánicas, con un cuidado extremo y se las da a R. para que se las cuide. Nos sorprendió su lucidez en un momento alto de la borrachera. No se si aclaramos que M.L. estaba borracho como una cuba y medicado con analgésicos poderosos. Cuando le preguntamos por que lo había hecho simplemente respondió: “Es que lo puedo lastimar con los anteojos...” (No es un sol?)
Ese fue el silbato de largada: los cuatro muchachos la emprendieron con unos besos mas que apasionados y furiosos, aquellos ganándose mutuamente la apuesta por el trago, estos cobrándose la inversión realizada, los cuatro mezclando sudores y poniéndole a la fiesta el “touch” que le faltaba, todos riendo, festejando y aplaudiendo. Todo a la luz de la luna de febrero en medio de un patio arbolado y rodeados de gente.



Coda amarga.

El fernet es amargo, pero con Cola se hace más llevadero.
De todos modos a la parejita de las apuestas les supo a veneno su trago ganado a lenguetazos y no lo pudieron terminar. Sin embargo, ellos resultaron ser encantadores y peligrosos y bellos y jóvenes y tuvimos que rogar al rey Momo y a todas las divinidades del carnaval que se reconcilien después de la apuesta por que parece ser que cada uno la había pasado mas que bien durante el asuntito de los besos. Dicen que se fueron discutiendo, pero que se fueron juntos.
A las 6 de la mañana prendieron los reflectores y ya nadie estaba disfrazado. hay algo mas melancólico que el final de una fiesta?