Un cortado las pelotas

A: Oime una cosita: Si estás al borde de una piscina espectacular y de repente entra Ruth Infarinato saludando a un amigo y una chica hermosa toma sol en traje de baño negro azabache y una mesera encantadora no se hace problema por que estés sentado despreocupadamente en la mejor mesa y el sol brilla y un hombre de negocios se tira a la pileta sin escándalo...¿Te parece mucho pagar 3 dolares por un café?
B: No me entendés, es una cuestión ideológica.
A: Si, eso lo entiendo. Yo tampoco te pago ese café. Lo que no entiendo es por que tengo que pagar cuatro pesos con cincuenta un café aguado servido de mala gana en un lugar atestado de gente, atendido por una estudiante de filosofía mal pagada y explotada por una cadena de bares con pretensiones de calidad. Acaso no me lo cuestiono ideológicamente por que es un precio razonable que todavía puedo pagar?
B: Está bien acordemos que los dos cafés son caros, o que por lo menos no coincide el precio con lo que se ofrece.
A: Acordemos en todo caso que los verdaderos explotados son los pobres trabajadores cafetaleros que se desloman al rayo del sol por un grano del preciado oro negro y no ven un céntimo de los seis pesos promedio que sale una taza de café en Buenos Aires. Eso sin contar a los que juntan la remolacha para rebajar el café. En fin. Ahora venite a casa que te preparo un café que me salió cinco pesos el cuarto kilo. Con ese cuarto kilo hago una buena cantidad de café y después del café en todo caso nos (h)echamos un polvo...Que te parece?
B: Y...bueno.

Update: Cometimos un error de ortografía y lo estamos pagando: Este "echamos" es sin h.