A Rosario, por favor

El viaje a Rosario estuvo un poco accidentado. Primero "unos negros de mierda, villeros de la 31" (sic.), según el empleado de la empresa Urquiza, estaban haciendo un piquete y no dejaban entrar ni salir micros de Retiro, por lo que nuestro viaje se inició con mas de dos horas de demora. Después, "unos negros de mierda que habría que hervir en aceite" (sic.), según el comentario de un pasajero, arrojaron piedras a nuestro micro a la altura de Zárate y rompieron nuestra ventanilla. Resultado: Una esquirla de vidrio clavada en la sien de J., a esa altura pensábamos que nunca debimos haber salido de Buenos Aires. Dos horas mas tarde, gendarmería nos informa que "estos negros de mierda, patasucia"(sic.) hacen esto para robar micros y que éste ya no podía seguir viaje en esas condiciones. Había que esperar un micro de emergencia. De repente, como una aparición, un micro gigantesco se detiene al lado nuestro y el conductor dice: "Quieren salir de aca? Suban. Los dejo en Rosario". El micro tenía asientos tipo cama, enormes y comodísimos, pantallas LCD por doquier, luz azul súper tenue, música funcional, un lujo asiático. Cuando J., herido, se dispuso a relajarse, el asiento se le fue para atrás por que tenia el mecanismo roto y tuvo que viajar erguido como una vara casi dos horas y pico. Su vecino de asiento le dice: "Si, está roto, este micro va al Chaco y viaja mucho negro de mierda que te rompe todo" (sic.)
Reflexión final: Si fuéramos negros de mierda haríamos exactamente lo mismo.

P.D.: Si, llegamos a Rosario. Es un lugar soñado. Pero eso lo dejamos para otro día.